Elfen Lied
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Mensaje  William182 Mar Jul 14, 2009 1:00 am

Capitulo 1: El comienzo de la aventura

Hace muchos años atrás donde los hombres cabalgaban y los castillos eran viviendas dignas de vivir, comienza la historia de un bebe en el que fue abandonado en el bosque de frigtun, un lugar donde todos temían entrar. Ese bebe comenzó a crecer, comenzó a hacerse fuerte pero al mismo tiempo empezó a desarrollar un poder extraño, no muy común entre la gente, el era un “Nigromante” (mago desarrollado en la magia negra y que estudia la muerte) era uno de los magos mas poderosos de todo el pueblo y muy conocido en otras ciudades, pero nunca nadie lo vio el se crió con animales y su madre era una loba que lo protegía contra todo mal que había en ese bosque. Su nombre era Permulon “el nigromante”.
Un día Permulon miro hacia el cielo y se dio cuenta que era momento de irse, momento de ir a buscar a su madre diosa de la vida y del abandono. Momentos después se acerco a su madre, la miro, el con su mirada le demostró que se iba a ir ella moviendo su cola, asintió con la cabeza se acerco le lamió su mejilla y solo lo dejo ir, algo que sorprendió mucho a Permulon por que esperaba un rechazo no una aceptación. Antes de irse su madre aulló, el se dio vuelta y miro, venia corriendo un lobo chiquito que se acerco a el y con una mirada le demostró que no lo dejaría ir solo.
El muchacho nervioso por empezar un viaje solo comenzó a caminar, sin sentir cansancio ni hambre ni sed solo ganas de llegar al pueblo y encontrar a su madre, era su único deseo, las preguntas empezaron a surgir en su cabeza ¿Cómo seria ella? ¿Cuántos años tendrá? ¿Estará viva? Esas preguntas no dejaban de girar en la cabeza de Permulo, y eso lo confundía el lobo viendo que el estaba muy nervioso lo miro y solo con su mirada de esperanza lo tranquilizo. lo motivo a seguir, el feliz por no estar solo empezó a mirar el viaje y a disfrutar de la compañía que no era mala.
Un rato después comenzó a llover, Permulo y su lobo comenzaron a correr hasta llegar a un árbol muy frondoso y muy lindo donde se ocultaron de la lluvia, el muy cansado se acostó en el pasto con el lobo entre sus manos lo miro y dijo - Gracias por tu compañía solo no lo hubiera podio hacer – el lobo lo miro y lamió su mejilla – Ya se como llamarte te llamare mistiu. -Lindo nombre si me gusta así te llamaras. El joven muy fatigado comienza a dormirse sobre ese árbol tan hermoso.
Horas después el joven se despierta, se notaba mejor no tan cansado, y con mas ganas de seguir ese camino, entonces se pone de pie y comienza a caminar sobre ese camino de tierra ahora húmedo por la lluvia que había comenzado antes de que el se durmiese, luego de unas horas llega a la ciudad que el tanto deseaba llegar, contento empieza a correr para llegar mas rápido. Pero llego a una ciudad tenebrosa donde las risas se escondieron y las tristezas salieron a buscar un lugar a donde entrar, algo que no era agradable, ver el miedo, estaba por todos lados. El amor nunca estuvo y la humildad sentada viendo como se desase el mundo. Su corazón se rompió, su ojos se llenaron de lagrimas y lo único que puedo hacer es arrodillarse en el piso y comenzar a llorar, de pronto un joven sale corriendo de su caza que estaba en pésimas condiciones, comenzó a correr a socorrerlo se agacho apresuradamente y lo único que pudo hacer fue abrazarlo para que esas lagrimas no fueran en vano. Permulo con esperanzas se recompone y trata de aguantarse esa angustia, el joven con una sonrisa le dice
- Hola me llamo William ¿tu como te llamas?.
- Me llamo Permulo
- Oh ¿de donde eres?
Permulo asustado trata de pensar un lugar, no podía decirle que era del bosque, traería muchas inquietudes lo único que pudo hacer es mentir
- Soy de finigan una ciudad al este muy al este y muy pequeña
El joven muy extrañado por no conocer esa ciudad lo mira pero le muestra una leve sonrisa
- oh asombroso y te has venido desde allí habrá sido un camino largo.
- Si lo fue pero mi lobo me acompaño así que solo no estuve
- Oh genial eso es agradable. Siempre es bueno tener compañía, ¿por que has venido desde allí hasta esta ciudad?
- Por que vengo a buscar a mi madre, ella era de acá
- Es que aquí ya no hay nadie los malignos atacaron esta ciudad hace muchos años.
- ! eso no puede ser cierto no por favor dime que me estas mintiendo!
- No lo siento pero no es mentira
Permulo triste por la noticia comienza a llorar, el joven William con tanta bondad lo abraza otra vez a Permulo y no lo suelta, Permulo se levanta y comienza a correr el joven lo sigue asustado y preocupado a la vez. El lobo sabio se quedo sentado esperando a que su amo regrese y así fue su amo volvió, pero muy shokeado con miedo tristeza nada podía empeorar su estado lo único que el quería era volver a casa. El joven William vuelve corriendo hacia ellos, Permulo lo mira y le dice:
- Me iré otra vez a mi ciudad
El joven lo mira y le dice:
- iré contigo no puedes seguir en este estado
el niño comenzó a correr hacia su casa en mal estado y su padre salio, miro a el joven y miro a su hijo el padre beso al joven William y le dijo -ve en paz hijo mió cuando regreses yo estaré aquí esperándote con entusiasmo y llévate los caballos es un viaje largo y cansador.
Permulo vio el amor que tenia ese padre por su hijo, era admirable que en un lugar tan vació y donde parecía que el amor no existía, ahí estaba, en las cosas más pequeñas, pero ahí estaba.
Los jóvenes se subieron a los caballos, dos caballos grandes uno blanco y el otro valló era algo que Permulo nunca había vivido, algo que lo llevo mas lejos de lo que creía, algo a lo que se lo llama amistad, sentimientos interiores corrían por su cuerpo sentía ganas de gritar de alegría, no solo tenia un compañero sino que dos, el joven William lo mira y le muestra una leve sonrisa, los jóvenes comienzan a cabalgar, en el camino comenzaron a hablar y a conocerse un poco mas.
- y tu madre ¿por que la buscas?
- Por que cuando era pequeño ella me abandono y me dejo solo
- Oh que lastima, pero habrá sido por una buena razón va eso creo
- No lo se por eso la busco me intriga no saber por que fue
- Y los malignos destruyeron todo pero no mataron a nadie
- Enserio eso es bueno
El joven Permulo empezó a sentirse mas esperanzado y mas confiado, eso le dio mas ganas de seguir, mientras cabalgaban el cielo empezó a oscurecerse y el bosque empezó a sentirse frió. Cosas extrañas se escuchaban, movimiento, ruidos extraños. De pronto William hace una magia blanca y comienza a haber luz cerca de ellos, Permulo asombrado le dice:
- Magia blanca verdad
- Si si me lo enseño mi padre hace pocos años
- Que bueno yo soy un nigromante
- Si lo se, eres Permulo el nigromante del bosque
Los ojos de Permulo se agrandaron y su cuerpo comenzó a temblar, millones de preguntas comenzaron a correr por su cabeza pero solo puedo hacer una.
- ¿Como lo sabes?
- Ey soy mago no *********
- Claro nuestras mentes avanzaron mucho y podemos ver cosas que otros no ven
- Cierto y yo pude ver que tu eras un mago oscuro
- ¿Y por que decidiste acompañarme?
- Por que eres una buena persona y creo que nunca encontré un amigo y quería tener uno
- Wou eres increíble yo tampoco eh tenido muchos amigos, todos mis amigos eran animales pero me encantaría ser tu amigo
- Excelente entonces un amigo nunca te dejaría solo
El joven William le muestra nuevamente una leve sonrisa y sigue cabalgando, Permulo sorprendido por esos nuevos sentimientos lo sigue con alegría y entusiasmo, Permulo se acerca y le pregunta
- ¿A dónde iremos?
- A buscar a los habitantes de Frigtun
- ¿Y eso donde es?
- En Dingon una ciudad pequeña muy lejos de aquí
- Oh bien entonces vallamos compañero
- Claro que si te prometo que hasta que tu no estés tranquilo y sepas toda la verdad no pararemos
- Gracias William eres muy bueno
- Solo hago lo que un amigo haría por otro
Los jóvenes se miraron se mostraron una leve sonrisa y allí empezaron a cabalgar por un bosque oscuro, Un bosque triste, pero cerca de ellos había una luz, una luz llamada esperanza
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Mensaje  William182 Miér Jul 15, 2009 7:20 pm

Capitulo 2: El encuentro inesperado

El joven William y el joven Permulo cabalgan por ese bosque tan oscuro y tenebroso. Permulo estaba tranquilo por que lo conocía mucho, mientras que William estaba asustado, es la primera vez que se va de su casa y no era fácil dejar a su padre y todos sus bienes pero igual el joven lo hizo por una buena razón, oh el creía que lo era Permulo, lo mira a través de su cabellera abundante y tan oscura y le dice:
- ¿Cómo tú un chico que tiene un padre que lo quiere se ha ido con una persona como yo que solo soy un extraño hasta este momento?
- Ya no lo eres, tu lobo me contó todo sobre ti, y dejé a mi padre por que tengo que seguir mi camino, ya soy joven y necesito tener mis propias aventuras
- Si creo que todos tenemos que tener nuestras propias aventuras, me parece que tienes razón.
- Así que ahora tenemos que encontrar a tu madre, espero que este en Dingon sino nuestro camino será mas largo de lo que pensé.
El joven William mira a su compañero y le vuelve a demostrar como siempre, le hace esa leve sonrisa de que todo estará bien pase lo que pase todo estará bien. Eso a Permulo le da esperanzas y ganas de seguir peleando por algo que el desea tanto. El camino se hacia más difícil de transcurrir, cada vez se veía menos y costaba más, William frena mira a su compañero y le dice:
- Es hora de descasar. Lo necesitamos y los caballos también
- Si, creo que mi lobo ya encontró un lugar
- Jajaja que listo que es, bueno descansemos allí vamos.
Los jóvenes se acercaron donde estaba el lobo y se acostaron, William se paró, agarro unas ramas y prendió un fuego para que no tuviesen frío por la noche, Permulo lo mira y le dice:
- Eres bueno y eso me trae paz, sé que muchos dicen que soy un nigromante y que deseo matar millones de personas porque los rumores están por todos lados, pero no es cierto, lo juro que no es cierto yo no eh….
- Lo sé, lo sé, sé que eres bueno y tus intenciones no son malas y no tiene nada de malo ser un mago oscuro la gente te puede mirar mal pero yo no, no lo haré, nunca lo haré.
- ¿Por qué no lo harás?
- Porque yo sé que eres un buen chico y sabes una cosa.
- ¿Qué? Dime
- Eres mi amigo y los amigos aceptan al otro como es.
Los ojos de permulo se llenaron de lagrimas, pero esta vez no eran lagrimas de tristeza sino que eran de alegría, sentimientos nuevos corrían por el cuerpo de Permulo, otra vez se sentía bien y estaba contento, que eran esos sentimientos tan fuertes, lo único que pudo hacer de todas las cosas que quiso hacer fue pararse mirar a William. El joven William se paró y lo abrazo, sabia que él quería eso y lo necesitaba hacer, Permulo sorprendido sonríe y lo abraza aún más fuerte, esos segundos fueron algo tan fuerte entre los dos que solo dejaron que suceda como era debido, William lo suelta y le dice:
- Vamos a dormir ya es hora, es tarde y mañana tenemos un largo camino
- Si tienes razón vamos a dormir
Los jóvenes se acostaron en el suelo frío y un poco húmedo, se miraron y sin decir nada cerraron los ojos y solo descansaron, en ese bosque tan oscuro y tan tenebroso. Pero ya no había inquietudes ni miedos solo paz, mucha paz.
Al día siguiente William se despierta y ve que Permulo no estaba, el joven se sobresalta ve al lobo acostado eso le daba seguridad de que el volvería, pero estaba nervioso de que le pasara algo, luego de unos segundos se escuchan los pasos de alguien, William se pone de pie y lo ve venir, era Permulo que traía un animal muerto entre sus brazos, Permulo triste lo deja en el suelo y el dice:
- Tenemos que comer, no pude hacer otra cosa.
El joven William lo mira y le dice:
- No te preocupes, fue por una buena causa y no tenias otra alternativa
- Si, lo sé por eso lo hice aunque me duela, tengo que comer y no me queda otra
- Bien! Comamos entonces
El joven William le vuelve a mostrar una leve sonrisa y empieza a cocinar al animal, mientras Permulo fue al río a buscar un poco de agua para tomar, llevó a los caballos para que también tomaran agua, en el río Permulo se sienta y comienza a mirarlo era gigante era hermoso, ese río le daba la sensación de que no había nada malo solo paz, esto lo hizo reflexionar mucho, las palabras corrían por su cabeza miro las piedras, el agua y solo dijo:
- El agua pasa por las piedras y eso nada lo detiene.
Permulo sonrío con una sonrisa de esperanza lo que en estos días no estaba perdiendo, miró a los caballos que ya no querían tomar más, los miró y con esa mirada les demostró que era momento de volver a donde se encontraba William y Mistiu y así lo hicieron volvieron hacia el campamento, mientras tanto William ya estaba casi por terminar de cocinar ese animalito muerto, su sangre estaba por todos lados, la sangre de alguien que dio la vida para que otros pudiesen seguir viviendo, la sangre de ese animal que dejo matarse para que otros pudiesen vivir, la gente esta acostumbrada a que esos animales solo mueran y los puedan comer pero en realidad ellos son mas valientes por que dieron su vida para que otros puedan seguir viviendo de la mejor manera.
Unas horas después los jóvenes ya habían terminado de comer y pudieron disfrutar de esa comida tan deliciosa que ese animal les pudo ofrecer, el joven William se pone de pie mira hacia el cielo y dice:
- Creo que es hora de marcharnos.
- Si pienso lo mismo.
- Entonces marchemos hacia Dingon
- ¡Bien!
El día estaba tranquilo y calmado los pájaros mostraban un tono de alegría, y los roedores cuchichiaban por los lugares. Hasta que en un momento las nubes comenzaron a juntarse hasta tapar ese sol tan radiante que había, William miró a lo lejos del camino una mancha con la forma de una persona, también Permulo miró asombrado esa mancha. Los dos estaban atónitos mirándola y cada segundo que pasaba, la mancha se acercaba hasta que por fin pudieron ver su rostro, que no era nada agradable, era un rostro pálido sucio y con ojos de venganza, mucha venganza. William lo mira y le dice:
- ¿Quién eres?
- Soy el que viene a destruir y masacrar sus cuerpos.
- ¡Como! No lo creo, dime tu nombre.
- Soy el maligno numero 49, Teiston
- Ningún maligno nos vencerá-dijo Permulo
- ¿Ah no? Eso lo veremos.
El maligno lanza una mirada que a muchos asustaría pero a estos jóvenes no porque tenían confianza en que nada pasaría, creían en ellos. El maligno saca el hacha que ocupaba un cuarto de su espalda y dice:
- Que día tan malo para morir ¿No?
- Si lastima que elegiste este día para morir- le dijo Permulo con una mirada de confianza.
- ¿Ah eso creen niños? No saben con quien se meten.
- Deja de hablar numero 49 y ataca- dijo William.
El maligno numero 49 se lanza sobre ellos en busca de muerte, con ese sentimiento que a tanta gente puede repugnarle, y eso fue lo que ocurrió, los jóvenes se miraron y William gritó:
- Magnus Merti.
El suelo comenzó a temblar, el maligno trataba de solo mantenerse en pie y no caerse al suelo, comenzó a haber una luz cegante que no permitía ver nada, de pronto se comienza a ver y se pudo ver al maligno número 49 con apenas pocos rasguños. Permulo se sobresalta, mira a William y le dice bien hecho ahora me toca a mi.
- Epiton Fres
Del suelo comienzan a surgir plantas extrañas que comienzan a atacar al maligno 49, él trataba de zafarse pero no podía, lo tenían atrapado. William mira a Permulo y le dice.
- Unamos nuestras fuerzas así lo podremos derrotar.
- Si, creo que es lo mejor.
Los dos muchachos se miraron y con un solo asentamiento de cabeza se dieron cuenta que era el momento, William grito:
- Clersun Pieson.
- Perfun Trestip – grito al mismo tiempo Permulo
Salieron plantas, animales, una luz tan cegante que no se podía ver nada, cuando todas estas magias pararon, observaron al maligno número 49, que este saltó sobre ellos y casi no tenía rasguños, ellos trataron de correrse pero lo único que pudieron hacer fue darse vuelta. En cuanto lo hicieron, lo único que se escucho fue un ¡Plun! Se dieron vuelta, se miraron, y luego vieron al maligno muerto a sus pies con una extraña flecha que apareció sobre su cabeza gigante. William comenzó a mirar asustado:
- ¿Qué fue eso?
- No lo se pero esto no es nada agradable.
- Jajaja tienen miedo- se oyó una voz que sobresalto a los muchachos
- ¿Quién anda ahí? – preguntó Permulo asustado
- Ah son magos y no pueden descubrir donde estoy o quien soy- dijo esa voz entre los árboles.
- Si ya se que eres un arquero que te llamas Mistic y que eres una arquera que muy pocos conocen, pero muy buena – dijo William.
- Oh parece que eres bueno ¿señor? – dijo la extraña voz del árbol.
- William, William Fenugor – dijo William con gran felicidad y orgullo.
- Oh bueno entonces solo me queda bajar de este árbol- dijo Mistic
La joven bajo de un árbol muy alto y muy frondoso. Era una chica de mediana estatura con un pelo largo y rubio, era preciosa, con ojos de un color verde agua y su cuerpo parecía tallado a mano. Pemulo no podía dejar de mirarla, estaba atontado, la chica lo mira y le dice:
- ¿Tú como te llamas extraño de pelo negro?
Permulo quiso hablar pero las palabras no salían no lograba decir nada, William enseguida notó que no iba a decir algo por largo tiempo, así que salio él a salvarlo.
- Mi amigo se llama Permulo, Permulo el “Nigromante”- dijo con voz de orgullo.
- Ah, ¿Tú eres Permulo el “Nigromante” del bosque? – dijo ella con curiosidad.
Permulo se tomo de valor y le dijo:
- Si, así es soy Permulo el “Nigromante” del bosque, ¿Eso es malo? – dijo Permulon con una mirada de tristeza.
- No, es fantástico, siempre te quise conocer- dijo ella con una leve sonrisa.
Permulo le devolvió la sonrisa y se sentó en el suelo, por que estaba cansado de haber peleado. La joven muy interesada les dijo:
- ¿A dónde van ahora?
- Vamos a Dingon, a buscar a una persona - dijo mirando a Permulo.
- Ah yo debo ir allí a comprar unas pociones que necesito. ¿Les molesta si los acompaño? – dijo ella con una sonrisa.
- Por mi parte no, ¿A tí William? – dijo Permulo mirando a William.
- No, no claro que no, ven con nosotros – dijo William muy alegre.
Y así fue, los muchachos emprendieron su camino con esa chica tan poco conocida pero eso a ellos no les preocupaba, por que ahora tendrán más compañía, por lo menos por un tiempo hasta llegar a ese lugar tan deseado por Permulo. Permulo miro el cielo y sólo pensó para el:
- Gracias destino por darme tanta compañía en este viaje tan difícil.
La joven lo miro y le dijo:
- Eres sabio ¿Sabes?
- ¿Por qué? – dijo Permulo sorprendido.
- Por que el destino es sabio, pero más sabio es el que sabe aceptarlo tal como es – dijo la muchacha con una sonrisa.
Permulo la miró, sonrió y solo siguió cabalgando, ahora no esta solo, tiene compañía, nunca se había sentido tan bien con él mismo, era algo que le permitía seguir adelante, algo que le dio esperanza, y solo puedo pensar:
- Ya no estoy solo, ya no – dijo feliz con una lágrima en su mejilla.
Los jóvenes siguieron cabalgando, hacia el sol donde nuevas aventuras le llegarán.
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